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Cruzar nuestro mar




Me gusta la kabbalah porque es un nivel interpretativo profundo de lo que muchos leen sólo de forma literal en la biblia, definitivamente jamás he sido religiosa, siempre estuve muy en contra de rezar, de asistir a una iglesia , de “confesar mis pecados” y jamás aprendí las oraciones más comunes. De niña no sabia explicar porqué sentía ese rechazo hacia la religión, era mi coraje de niña al observar que aquellos rezos de mis papás pidiendo tantas y tantas cosas, nunca llegaban a mi casa ni a mi familia.

Para mi ese Dios jamás me funcionó y jamás acepté que tuviera que “pedir” para estar bien y feliz, para recibir más, para tener buenas calificaciones o tener tranquilidad…

Es probable que mis papás nunca hayan escuchado que “el pedir” es un acto de carencia, que la palabra “quiero” representa que aquello no lo tienes, que careces de él y que crees que la única manera de tenerlo es pidiéndolo; claro que mis papás tampoco supieron que todo llega por afinidad de forma y entonces cuando uno desarrolla un discurso que se expresa en carencia, únicamente llega más de eso a la vida.

En fin, todo esto para contarles sobre mi reciente crisis existencial y que me ha remitido a la sección del éxodo donde Moisés abre el mar rojo al pueblo de Israel que está siendo perseguido por Egipto, sección de la biblia muy conocida pues representa un milagro hecho por Dios en manos de Moisés. Leyendo esta sección de forma literal en efecto leemos que hubo en algún tiempo un hombre al que Dios le concedió ciertos “poderes”, la realidad es que leerlo de forma literal nos hace sentirlo como un evento muy separado y lejano a nosotros como seres mortales viviendo en pleno siglo XXI y para los escépticos, sin manera alguna de comprobarlo por supuesto o al menos no creyendo la versión que fue Dios quien abrió ese mar para salvar al pueblo de Israel.

Si la vida fuera literal, sí sería más fácil, pero el que no lo sea me da una gran sensación de tranquilidad pues entonces sé que hay algo más, algo más profundo, algo más que poder ver y eso implica entrenar mis sentidos para poder percibir más, entonces se vuelve un trabajo personal y muy arduo el hecho de poder entender más profundo, en capas más adentro cada una de las cosas escritas para empezar en la biblia y también aplica para cada una de las cosas en esta vida… Capas más profundas con significados más grandes en cada acto, en cada pensamiento, en cada discurso, en cada hecho del día tan “normal” como lo es por ejemplo cruzar un semáforo, observar despegar un avión, ver germinar una semilla, el día y la noche, las 4 estaciones… Resulta que todo lo que vemos no es literal, es un tesoro que se requiere ir descubriendo y sólo se logra si aprendemos a OBSERVAR PROFUNDO.

El punto es que estos día he sentido un miedo irracional, me he sentido completamente incómoda, he llorado, he sentido que la vida es como una rueda de ratón y no logro ver el camino que he avanzado y de hecho siento que me da pavor salir de esa rueda para tomar una vereda y avanzar … en resumidas cuentas, considero que mi caos existencial de esta ocasión es de tener miedo a no poder con el paquetote que implica crecer mi empresa, ahora puedo llamarle así porque así me he obligado a llamarla, para dejar de hacerme chiquita refiriendome a ella como “mi proyecto”, “mi bebé” , “mi negocio”…

Clave básica para salir de una crisis es AGRADECER. Detenerse un instante, respirar, observar lo más neutralmente posible y agradecer. Acto seguido el corazón comienza a latir a un ritmo menos acelerado por la angustia que produce el vicio de pensar en el futuro y en todo aquello que tenemos pendiente por hacer y que parece una bola gigante de nieve que nos va a atropellar.


Cuando agradecemos podemos observar y valorar lo que hemos hecho y volvemos entonces al momento presente que es justo el lugar donde TODO SE CREA.

Cuando estoy en el momento presente comienzo a hacerme preguntas como :

¿ Qué sentido tiene todo esto que estoy haciendo ?

¿ Para qué deseo recibir más dinero ?

¿ Cómo me voy a relacionar con esta situación / sentimiento ?

¿ Quién requiero SER frente a esta situación ?

¿ Qué requiero HACER para que esta situación me de paz ?

Aquí es cuando comienzo a viajarme y entonces recuerdo este episodio del cruce del mar rojo, ahora siendo yo el pueblo de Israel que busca salir de Egipto; salir de Egipto es salir de un estado de esclavitud mental víctima de mis pensamientos ansiosos y destructivos, llenos de miedo y total desconfianza en mi capacidad para avanzar y lograr mis metas, Egipto es el lugar donde se vive por muchos años siendo esclavo pero cómodamente y a nadie le gusta salir de la comodidad así que en esta historia mental me encuentro yo siendo guiada por Moisés, la herramienta humana de Dios en esta tierra; Moisés siendo mi conciencia conectada a la certeza de sí poder lograr avanzar pero sólo siendo mi guía, el que me dice por dónde ir pero quien requiere cruzar ese mar soy yo.

En la Biblia se cuenta que Moisés le dice al pueblo de Israel que avancen y que el mar se abrirá… el pueblo no avanza porque para creer que eso sucederá primero requieren ver que se está abriendo , a falta de ello entonces no avanzan y sus perseguidores de Egipto se acercan.


El famoso ver para creer… la perdición de todo un pueblo.

Hay un personaje en esa historia que ahora no recuerdo su nombre pero fue el único que CREYÓ en las palabras de Moisés y avanzó en la arena para comenzar a tocar el mar e irse hundiendo cada vez más a cada paso que daba, casi llegándole el agua a la nariz este hombre tuvo por un instante el pensamiento de retroceder porque no veía el resultado de que las aguas se abrieran tal y como lo había profesado Moisés, ¡¡ era un loco si seguía avanzando para ahogarse !!, al menos así lo vio el pueblo restante que observaba su avance sin que el mar se abriera y en ese justo momento de presión de todo un pueblo , de la presión mental de este hombre en sentirse ahogado , ahí donde pudo haber perdido la fé, ahí donde pudo haber soltado su certeza , dio un paso más y el mar se abrió ante él.

Hace falta que un sólo hombre de un paso adelante, pero no cualquier paso ni en cualquier momento, es justo ahí donde parece que no hay resultados, ahí donde si se lo permite, el miedo podría paralizarlo y ya no moverse, ahí donde es más sencillo retroceder y dejar todo lo avanzado porque literal siente que se ahoga, ahí donde la presión es enorme porque hay todo un pueblo que salvar y que sólo están esperando falle para perder toda su fe y regresar a ser esclavos en Egipto.

Si bien no recuerdo el nombre de este hombre que abrió paso a todo el pueblo con su fe al ser el primero quien CREYERA que sí se iba abrir aquel inmerso mar, aquel quien tuvo total certeza de que sí lo lograría y fue el único valiente que lo HIZO, puedo verme justo en este momento a punto de cruzar o no ese mar, mi propio mar rojo, pues esto nos enseña que no basta con solo creer, no basta solo la fe, por eso nunca creí en que rezar y pedir fuera la solución de nada, sino que la magia está en tener sincronía y congruencia entre el pensamiento y la ACCIÓN.

Sin ese paso, todo un pueblo seguiría esclavo y espero contarles pronto que pude salir de Egipto.


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